Elías Jaua Milano
El chavismo sintetiza un largo camino de resistencia y lucha que comenzó con la insurrección indígena contra el genocidio español siguiendo con las rebeliones de africanos traídos como esclavos a estas tierras; la guerra de Independencia con las banderas de libertad e igualdad enarboladas por nuestro Padre Simón Bolívar; la rebelión popular liderada por Zamora a mediados del siglo XIX contra la traición al proyecto bolivariano de igualdad social; la revolución restauradora de la soberanía nacional entregada en el altar de las potencias extranjeras de principios del siglo XX; la lucha obrero, campesina y estudiantil por conquistar la democracia desde el año de 1928; la insurgencia guerrillera contra la traición al espíritu democrático que el 23 de enero de 1958 derrocó a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, la resistencia estudiantil, obrera, campesina y militar contra la imposición del modelo neoliberal en la década de los noventas. Es una corriente histórica, una corriente popular, patriótica, democrática que siempre ha mantenido en alto las banderas de Independencia e igualdad.
Esa corriente popular hace 19 años logró
una victoria estratégica, cuando el 6 de diciembre de 1998 eligió
Presidente de la República a uno de los nuestros el Comandante Hugo
Chávez y bajo su liderazgo emprendimos la recuperación de la soberanía
nacional, la construcción de un modelo de igualdad social y de
protagonismo político y económico de las grandes mayorías. En medio de
las más grandes amenazas y agresiones del imperio norteamericano hemos
podido avanzar en el proyecto histórico democrático del pueblo,
lamentablemente con heridas materiales y morales para toda la Nación que
debemos sanar.
Ese proyecto es recogido en una frase de
Ezequiel Zamora, en víspera de la Batalla de Santa Inés del 10 de
diciembre de 1859, “Después de Santa Inés marcharemos a Caracas y ya no
habrá hambre, miseria, ni mazmorras, ni grillos para el pueblo que hizo
la independencia, pero el fruto fue nada más que para la oligarquía”. Como sabemos ese anhelo fue truncado con el balazo que mató a Zamora, un mes después, en San Carlos, Cojedes.
Ese anhelo es el que recoge nuestro
Comandante Chávez en la década de los 90. Así los expresa, respondiendo
a una pregunta de Ignacio Ramonet, en el libro Mi Primera Vida,
publicado en 2013. Dice allí el Comandante “En la mentalidad colectiva
de la sociedad venezolana de los años 1992 a 1998, radicaba un
renacimiento de la esperanza……O sea: comenzó a existir en la imaginación
colectiva el deseo de un nuevo país con más justicia, más igualdad y
menos corrupción”.
Hace 19 años, por fin llegó la hora mil
veces postergada de iniciar la construcción de una sociedad donde
podamos vivir con justicia, igualdad, libertad, dignidad. Hemos
avanzado, no ha sido fácil el andar, nos falta mucho por hacer, por eso
no podemos permitir que se nos vaya esta hora, tantas veces luchada por
nuestro pueblo.
Zamora decía que hay que “Hablar siempre con el pueblo, escuchar siempre al pueblo”.
Para que el pueblo defienda su poder, tiene que sentir que en verdad lo
tiene, que le pertenece a nuestros indígenas, a los campesinos y
campesinas; a los pescadores y pescadoras; a los trabajadores y
trabajadoras, a los estudiantes; a los soldados; a los y las
profesionales, a los comuneros y comuneras; al ciudadano y ciudadana de a
pie y especialmente a nuestra juventud. Solo así sentirá que vale la
pena seguir haciendo revolución.
Hace 5 años, el líder que nos dio la
victoria estratégica, nuestro Comandante Hugo Chávez nos dejó su último
mensaje, en el mismo pidió que ante la eventualidad de que ya no
estuviera con nosotros, como lamentablemente ocurrió el 5 de marzo de
2013, eligiéramos al compañero Nicolás Maduro como Presidente y más allá
lo asumiéramos como el líder de la Revolución Bolivariana. Así lo
hicimos y lo seguimos haciendo, con humildad, la inmensa mayoría de los y
las chavistas.
En ese mensaje del 8 de diciembre de
2012, Chávez también ratificaba el rumbo democrático, popular,
socialista, pacífico y electoral de nuestra revolución “…Debemos
garantizar la marcha de la Revolución Bolivariana, la marcha victoriosa
de esta Revolución, construyendo la democracia nueva, que aquí está
ordenada por el pueblo en Constituyente; construyendo la vía venezolana
al socialismo, con amplia participación, en amplias libertades, que se
están demostrando una vez más en esta campaña electoral para
gobernadores, con candidaturas por aquí y candidaturas por allá.
Libertades. En plenas libertades”. Sigamos pues por el camino de Chávez, el camino que viene de lejos y no por otro, haciendo revolución.
Este 2017, como dice la copla de Florentino, “…al diablo lo cogió el día queriéndonos atropellar”.
Como hace 158 años, estamos cerrando este año con una victoria popular a
favor de la Independencia, la paz y la igualdad. Que este domingo 10
de diciembre de 2017, toda Venezuela sea un inmenso Santa Inés y se abra
el horizonte hacia el 2018.
No hay comentarios:
Publicar un comentario